Relato/History: El cazador de demonios/The hunter of devils

EL CAZADOR DE DEMONIOS

            Las siniestras ruinas del templo resplandecían bajo la luz de la luna llena. Thom, el guerrero sin miedo, avanzó entre ellas. Se introdujo en la edificación. Allí la oscuridad era mayor, aunque se rompía porque también penetraba la luminiscencia de la luna a través de amplias grietas y muros derruidos. El demonio que buscaba –y que los habitantes del lugar habían afirmado que habitaba allí- debía encontrarse más allá… quizá en la estancia que se hallaba delante de él.

            Desenvainó su espada. Thom sintió su peso y se sintió más seguro. Dio varios pasos más y, entonces, escuchó un sonido extraño. Era similar al reptar de una gran serpiente sobre las enmohecidas losas del templo. Sabedor de lo que se avecinaba, se aprestó a entablar otro terrible combate.

            El demonio apareció de repente frente a él, en el vano de una puerta oblonga. Su cuerpo, cubierto de sombras, se perfilaba contra él. También llevaba una espada en la mano. Se lanzó contra su diabólico oponente. Quien diera el primer golpe, seguramente obtendría el triunfo.

            Su espada no encontró carne, ni siquiera sobrenatural. Golpeó una pared de vidrio, un mero espejo que se hizo añicos al instante. Thom murmuró una maldición contra sus dioses. A fin de cuentas había confundido su propia imagen, reflejada en un espejo, con el demonio que buscaba. O tal vez no… Porque, en el lugar donde estuviera el espejo, había una oquedad brillante, que ardía con llamas frías, y que lo atraía de forma irremisible. Se asomó a ella: al fondo del todo vislumbró las figuras movientes y amenazadoras de decenas de demonios.

            ¡Por Crom!, gritó, eufórico. ¡Por fin conseguiría toda la fama y el poder que había buscado cazando demonios! Sin pensárselo dos veces, saltó al pozo que lo llevaba a los infiernos. Allí combatiría, como le habían enseñado, hasta acabar con el último de los demonios.

THE HUNTER OF DEVILS

            The sinister ruins of the temple glowed under the light of the full moon. Thom, the warrior without fear, moved between them. He was going into the building. The darkness was higher there, although it was discontinued because the luminescence of the moon also penetrated through large cracks and crumbling walls. The devil who he was looking for -and the locals had claimed that he lived there- must to be found over and above ... maybe in the room located in front of him.     

He drew his sword. Thom felt her weight and felt safer. He took down several steps and then he heard a strange sound. It was like a large snake crawling on the tiles moldy of the temple. He knew it was coming, he was ready to engage another terrible fight.        

The devil suddenly appeared in front of him, in the frame of an oblong door. His body, covered in shadows loomed against him. He also wore a sword in his hand. He rushed against his diabolical opponent. Who gave the first blow, surely he would get the success.           

His sword didn´t find body, even supernatural. He hit a glass wall, just a shattered mirror instantly. Thom muttered a malediction upon his gods. After all he had confused his own reflected image in a mirror, against the sought devil. Or maybe not ... Because, where the mirror was, there was a bright hollow, burning with cold flames, and he felt attracted by it irredeemably. He peered through it: he glimpsed the moves and menacing figures of tens of devils at the bottom of all.

            For Crom! He shouted loudly. Finally he will get all the fame and power that he was looking for hunting devils! Without a second thought, he jumped into the well getting into the hells. He will fight there, as he had been taught, to destroy the last of the devils.

Francisco J. Segovia©Todos los derechos